
Dicen que estás muerto, pero no es
cierto. Porque nosotros y nosotras tus camaradas del Partido y del
Sindicato no vamos a consentir tu olvido. La crueldad del franquismo
te marcó desde bien joven, desde que eras un crío y, quizá desde
antes de nacer, porque vienes de una familia obrera y trabajadora y
eso a un comunista es lo que le hace ser más rebelde aún.
Tu conciencia de clase, tu empeño
por vivir en una sociedad mejor es lo que a nosotros los comunistas
nos señala el camino para continuar con una lucha en la que los
pobres dejen de serlo y se apropien, para el beneficio común, de la
riqueza de los ricos.
No has muerto, camarada Poli, porque
para nosotros y para la memoria colectiva de la clase obrera no te
has ido. Porque personas, camaradas y luchadores como tú son la
semilla de los grandes cambios, de los cambios revolucionarios, de
las transformaciones sociales y de las revoluciones.
El mundo si es posible cambiarlo no
es por ninguna fuerza divina sino por el tesón, la energía y la
fortaleza de miles de trabajadores como Poli. Cuándo alguien nos
vuelva a preguntar y ¿cómo podemos cambiar esto? Le contestaremos,
como dijo Fidel de El Ché ¡Sed como Poli!
Ángel García.
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