Jorge Fonseca,
catedrático de Economía de la Universidad Complutense, miembro de
la comisión de economía de la acampada 15 – M Sol y de la
organización por la Tasación de las Transacciones Financieras y por
la Ayuda a los Ciudadanos (ATTAC), expuso ayer su análisis
crítico de la actual crisis económica dentro de las V Jornadas
Internacionalistas del PCE - Salamanca. Lo hizo huyendo de
diagnósticos a corto plazo, exponiendo su visión sobre el sistema
de producción capitalista desde el origen y con un enfoque
internacional.
Según Fonseca, el estado
de bienestar social es un paréntesis dentro del desarrollo
capitalista. “Son los únicos años en los que las desigualdades
sociales se reducen de manera significativa, al menos, en los países
desarrollados”. Sin embargo, “tras ese periodo de concesiones a
los trabajadores, el capital financiero se decidió a cambiar de
táctica con el objetivo de ampliar su margen de beneficios”.
En ese sentido, “los
regímenes dictatoriales del cono sur de América Latina, encabezados
por Pinochet y Videla, fueron los pioneros”. Asesorados por varios
economistas premiados con el Nobel, iniciaron una política de
adelgazamiento del papel del estado, reduciendo sus funciones a
gestor de las fuerzas represivas, y dejando las decisiones económicas
en manos de las grandes corporaciones. Esa táctica se trasladó
rápidamente a EE.UU. y Gran Bretaña, donde Ronald Reagan y Margaret
Thatcher implantaron el neoliberalismo a escala global.
Les siguió la UE que,
con su unificación monetaria, creó la Europa de las dos
velocidades. Las economías de los países periféricos, con el euro,
renunciaron a la devaluación de su moneda como medida para reducir
la inflación. Esto, sumado a las reducciones de impuestos de los más
ricos, obligó a los países integrados en el PIIGS (Portugal,
Italia, Irlanda y Grecia) a contraer una enorme deuda exterior que ha
sido asumida por el centro financiero de la “nueva Europa”,
Francia y Alemania.
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