CC.OO. y UGT quedaron duramente deslegitimados tras la huelga general del 29-S y el dudoso apoyo ciudadano que recibieron en su llamada a la convocatoria.
Desde entonces, los dos sindicatos nadan con cinturón de plomo, y aunque han intentado hacer presión contra los designios del PSOE, grupo que ya no se puede denominar de izquierdas, ni siquiera de centro-izquierda, son conscientes de la poca fuerza social que poseen en estos momentos.
Dada la situación, se da la peculiaridad que cuando más necesarios son los sindicatos, resulta que se han vuelto ineficaces, convirtiéndose en un mero trámite para sacar adelante aberraciones contra los derechos de los trabajadores como es la ampliación en la edad de jubilación.
Los ciudadanos tenemos nuestra parte de culpa en todo este embrollo, al no haber ofrecido en el momento adecuado nuestro apoyo y un voto de confianza para que estos fuesen unos interlocutores fortalecidos ante los despropósitos del nuevo centro-derecha español, pero los sindicatos, lejos de aprender la lección y ahora resistir el chaparrón y volver a conquistar la opinión ciudadana, se dedican a presionar a los grupos de izquierdas para que se sumen a una serie de acuerdos que no son necesarios, van contra los trabajadores y solo benefician a un modelo económico del cual deberíamos estar huyendo, y no enfangándonos aun mas.
CC.OO y UGT deberían sentirse incómodos de que las agrupaciones de izquierdas que tiene presencia en el parlamento rechacen en pleno las nuevas propuestas del ejecutivo, si ellos no tienen este malestar es porque ya son cómplices de una retroceso en derechos y un aumento en deberes que como siempre perjudica al ciudadano medio, el que ahora para conseguir una jubilación va a tener que trabajar más para cobrar menos.
Desde entonces, los dos sindicatos nadan con cinturón de plomo, y aunque han intentado hacer presión contra los designios del PSOE, grupo que ya no se puede denominar de izquierdas, ni siquiera de centro-izquierda, son conscientes de la poca fuerza social que poseen en estos momentos.
Dada la situación, se da la peculiaridad que cuando más necesarios son los sindicatos, resulta que se han vuelto ineficaces, convirtiéndose en un mero trámite para sacar adelante aberraciones contra los derechos de los trabajadores como es la ampliación en la edad de jubilación.
Los ciudadanos tenemos nuestra parte de culpa en todo este embrollo, al no haber ofrecido en el momento adecuado nuestro apoyo y un voto de confianza para que estos fuesen unos interlocutores fortalecidos ante los despropósitos del nuevo centro-derecha español, pero los sindicatos, lejos de aprender la lección y ahora resistir el chaparrón y volver a conquistar la opinión ciudadana, se dedican a presionar a los grupos de izquierdas para que se sumen a una serie de acuerdos que no son necesarios, van contra los trabajadores y solo benefician a un modelo económico del cual deberíamos estar huyendo, y no enfangándonos aun mas.
CC.OO y UGT deberían sentirse incómodos de que las agrupaciones de izquierdas que tiene presencia en el parlamento rechacen en pleno las nuevas propuestas del ejecutivo, si ellos no tienen este malestar es porque ya son cómplices de una retroceso en derechos y un aumento en deberes que como siempre perjudica al ciudadano medio, el que ahora para conseguir una jubilación va a tener que trabajar más para cobrar menos.
1 comentario:
aparte de dar la espaldal al ciudadano tambien lo dan alos trabajadores con lo convenios que han firmando en la empresa piszolla en alba de tormes en la cual por un salario miserable el comite de empresa ha vendido a los trabajadores quitandoles practicamente todos sus derechos dicho comite lo forman delegados de UGT dejando al empresa la libertad de disponer de dichos trabajadores comoy cuando quiere e incluso obligandolos a echar horas extraordinarias sin pagarselas haciendo a los trabajadores trabajar los domingos y festivos sin ningun tipo de compensacion economica y un salario de 650 euros con congelacion de la antiguedad
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