En la mañana de ayer, la ministra de exteriores Trinidad Jiménez, era entrevistada en Telecinco por Concha García Campoy.
La ministra en relación a las filtraciones publicadas por el portal Wikileaks asegura que; procura "decir lo mismo en público que en privado" y que "la discreción es la base de la diplomacia" por lo que ha comentado que "no es bueno que haya determinadas filtraciones".
Declaraciones que apuntan firmemente hacia el oscurantismo que se promueve en los órganos democráticos españoles, ya que por encima de la diplomacia y su discreción, debe ir la política y su transparencia absoluta.
Un gobierno democrático no debe de temer vivir en un permanente “gran hermano” donde los ciudadanos sean espectadores de primera fila de cada movimiento de nuestros políticos. Todas las personas electas democráticamente deben estar sometidas al constante control de la ciudadanía, y es lamentable que una ministra defienda el secretismo dentro de las instituciones públicas.
Pero este aspecto, la transparencia, resbala mucho sobre las escamas de nuestros políticos, que lejos de dimitir al demostrarse su doble moral y sus mentiras, se defienden con una actitud digna de otros regímenes.
Nuevamente se olvidan que el pueblo es la base de la democracia, y se olvidan de este “detalle” siempre que les interesa promover sus políticas por debajo de la mesa, donde los ojos de la ciudadanía no llegan..Aquí escribes el resto del contenido que no se vera.
La ministra en relación a las filtraciones publicadas por el portal Wikileaks asegura que; procura "decir lo mismo en público que en privado" y que "la discreción es la base de la diplomacia" por lo que ha comentado que "no es bueno que haya determinadas filtraciones".
Declaraciones que apuntan firmemente hacia el oscurantismo que se promueve en los órganos democráticos españoles, ya que por encima de la diplomacia y su discreción, debe ir la política y su transparencia absoluta.
Un gobierno democrático no debe de temer vivir en un permanente “gran hermano” donde los ciudadanos sean espectadores de primera fila de cada movimiento de nuestros políticos. Todas las personas electas democráticamente deben estar sometidas al constante control de la ciudadanía, y es lamentable que una ministra defienda el secretismo dentro de las instituciones públicas.
Pero este aspecto, la transparencia, resbala mucho sobre las escamas de nuestros políticos, que lejos de dimitir al demostrarse su doble moral y sus mentiras, se defienden con una actitud digna de otros regímenes.
Nuevamente se olvidan que el pueblo es la base de la democracia, y se olvidan de este “detalle” siempre que les interesa promover sus políticas por debajo de la mesa, donde los ojos de la ciudadanía no llegan..Aquí escribes el resto del contenido que no se vera.
1 comentario:
Yo para evitar este problema apostaría por legislaturas cortas de dos años, donde nadie tuviera mucho tiempo de acomodarse. Y por supuesto un cambio de la ley electoral.
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