OPINA QUE ES GRATIS: El hombre que se va dos veces

Entró con la Guardia Civil en la puerta de una Asamblea (dijo él) y se va peor que entró, con una organización mucho más debilitada porque cada vez que él ha formado parte de una candidatura ha sufrido los peores resultados electorales de su historia.


IU, tan de mesa-camilla (no por lo acogedor sino por lo familiar) ahora con él de cabeza visible, ha conseguido la desintegración más completa de la izquierda. Impide la participación del PCE en IU y logra obtener una ruptura tal con Los Verdes que probablemente sea muy difícil volver a una recomposición/conciliación. Ni un quintacolumnista lo podría haber hecho mejor.

Esta IU, que él deja, tiene muy difícil abordar una política de alianzas con organizaciones progresistas o alternativas y ha convertido una organización que apuesta, en lo interno, por la pluralidad y la elaboración colectiva, en un club donde la participación de miembros que no pertenezcan al ámbito familiar y amistoso tienen serias dificultades de entrar y más si eres un sospechoso izquierdista.

Se despide igual que los ministros o los consejeros inaugurando tramos de carretera por dos o más veces, cuantas más veces se despida más aparecerá en la foto (empeño enfermizo que tiene por ser popular). Él dijo que se iba hace unos meses y ahora vuelve a decir que se va. Narcisismo casi patológico por no mencionar cuando en aquella ocasión (creo que fue otro revés electoral más) cuando toma la grave y firme decisión de poner su cargo a disposición de IU.

Dijo:
- Mirad, chicos, que si queréis me voy, pero no me digáis que no, por favor.

Y, claro, la familia y la organización (que viene a ser lo mismo) ensalza al hijo pródigo y le pide:

- Resiste, que tú eres capaz, que tú puedes….

A esto yo le llamo amago, pero ¿amago de qué? Amagó la repercusión mediática que podría tener su fin político. Como quien desea llevar a cabo su propio funeral para ver quiénes son los fieles que acuden y medir el grado de amor que le han tenido.

Y es que este señor, de breve perilla, ha demostrado más que ser un líder ha sabido ejercer como cabeza de familia.

Supongo que quien lea esto sabrá perfectamente, sin necesidad de mencionarle a quién me refiero. No es necesario mencionar su nombre a un hombre que, seguro en sus ratos libres, no hace más que buscar cuántas referencias aparecen en Google con su nombre y apellidos.

¡Ay, cuán prescindible es alguna gente!

Pedro Hernández