miércoles, 12 de noviembre de 2008

Concluyen las "I Jornadas contra la violencia hacia las mujeres".

Con una mesa redonda titulada "Violencias cotidianas en la educación, en los medios de comunicación y en el trabajo" han finalizado las Jornadas contra la violencia hacia las mujeres que el Partido Comunista de Salamanca (PCE) y la Juventud Comunista han venido desarrollando los días 11 y 12 de noviembre en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca.

Virginia Carrera, del Grupo de Feminismo del PCE-Salamanca y agente de igualdad, analizó la situación de discriminación que sufren las mujeres en el ámbito laboral, tanto en el aspecto salarial como de acceso a los puestos de trabajo de responsabilidad, condenándose a las mujeres a tener que aceptar aquellos puestos de trabajo que los roles machistas atribuyen a las mujeres históricamente. Para Carrera "existe una violencia de baja intensidad que nos impide terminar con la violencia física hacia las mujeres y esa violencia cotidiana se reproduce día a día en el mundo laboral impidiendo a las mujeres lograr una autonomía económica que nos permita lograr una independencia real".

Carrera señaló que la empresa es un reflejo de la violencia que, si bien la mayoría de las veces no es física, sí se manifiesta de distintas maneras: en la precariedad en el empleo que, señaló, tiene cara de mujer. El 83% de los contratos son temporales con un nivel muy alto de parcialidad en la jornada, lo que genera inestabilidad e inseguridad en el trabajo.

Hay una segregación en el trabajo que se manifiesta en un menor reconocimiento económico y social para las mujeres. Un ejemplo paradigmático es la situación en que se encuentra el Régimen Especial de la Seguridad Social de Empleadas de Hogar que es urgente modificar.

Virginia Carrera también recordó que el 95% de las excedencias por cuidado de hijo o de hija son disfrutadas por las mujeres y se preguntó porqué debe de tener una duración mayor para las mujeres el permiso de maternidad que el de paternidad.

Por último, subrayó el hecho de que las mujeres siguen considerando una obligación suya el cuidado de sus familiares. Concluyó su intervención aludiendo a la dificultad de la mujer maltratada para encontrar un empleo o para mantener el que ya tiene.

Por su parte Ana Gaitero, periodista del Diario de León, hizo una exposición sobre cómo ha evolucionado la información sobre la violencia de género en los medios de comunicación en los últimos años y como aún hoy "aunque se ha avanzado en los últimos años, la violencia de género es una información de sucesos que se suele enmarcar en el ámbito pasional de pareja, no como un problema social de dominación de hombres sobre mujeres". Para Gaitero, en la actualidad “los medios de comunicación están para mantener el statu quo, no para cambiar la sociedad”.

A continuación hizo un recorrido durante los últimos cien años y el modo en que fueron abordadas las noticias relacionadas con la violencia machista en los medios de comunicación, especialmente en diarios de la Comunidad de Castilla y León.

A principios del siglo XX se acuñó una expresión, que aún se sigue utilizando a veces que es el de “crimen pasional”, pasando después a denominarlo violencia de género, y el concepto violencia machista empieza a ser algo más frecuente a partir de 2004.

En las múltiples citas que extrajo de los medios de comunicación se retrata a la mujer como un sujeto pasivo, siempre mencionada en segundo lugar. En este sentido Ana Gaitero concluyó que “raras veces son asesinadas las mujeres en los medios de comunicación”.

Las noticias relacionadas con la violencia machista suelen aparecer en formato “Sucesos” salvo cuando hay una muerte, que aparecen en noticias destacadas en otras secciones más importantes del periódico. Se suele destacar o subrayar los aspectos más morbosos de la noticia o aquellos que puedan parecer más extravagantes de la noticia.

Mediáticamente es más valorada la asesina de un hombre que el asesino de una mujer. “Si una mujer es condenada -concluyó la periodista- la difusión es mucho mayor que cuando lo es un hombre”.

Gaitero, para superar esta situación, confía mas en la formación y concienciación de los periodistas que en la instauración de controles internos o externos sobre los medios de comunicación.

Por último, Eloina Terrón, trabajadora social y educadora con una amplia trayectoria en el movimiento feminista, hizo una defensa de la necesidad de que las mujeres se hagan visibles y por ello hizo hincapié en la necesidad de la utilización de un lenguaje no sexista en los centros educativos desde la educación primaria hasta la universidad. Las niñas y los niños se encuentran en los centros educativos libros con textos e imágenes que reproducen los roles y estereotipos tradicionales de hombre leyendo el periódico y de mujer haciendo la comida, por ejemplo.

Terrón denunció que en los centros educativos se siguen transmitiendo roles sexistas, tanto a través de los libros de texto como en la propia gestión de los centros educativos donde "a pesar de que existen tres veces más profesoras que profesores, las labores directivas de los centros siguen recayendo principalmente en los hombres, transmitiendo la idea a los niños y niñas de que la toma de decisiones corresponde a los hombres, y quien hace tareas auxiliares y de limpieza en los centros son las mujeres".

Para ella el concepto a utilizar no debe ser violencia de género porque no queda definido quién la ejerce y contra quién. Por tanto hay que hablar de violencia machista. Destacó que el 40% de las denuncias hechas por mujeres tienen edades inferiores a 30 años, luego no es la violencia un asunto sólo de las personas adultas sino que afecta a mujeres de todas las edades. Eloína hizo hincapié en que hemos vivido cientos de años con la violencia y la desigualdad y por eso es tan difícil erradicarlas. A la palabra del hombre se le dedica mayor atención que a la de la mujer, esto aumenta la autoestima de los hombres y decrece la de las mujeres. Así a las mujeres se les dan cursos de autoestima y no es casualidad que la publicidad de productos dirigidos a las mujeres se venda con el uso de la palabra autoestima.

Las tres ponentes coincidieron en señalar que la violencia física contra las mujeres es la última manifestación de las violencias cotidianas que en todos los aspectos sociales padecen diariamente las mujeres y que combatir estas "violencias de baja intensidad" es la premisa para atajar la violencia física de los hombres contra las mujeres.

Tras las exposiciones, se abrió un debate en el que los y las asistentes trataron temas como la utilización del lenguaje machista como un mecanismo para hacer invisible a las mujeres, sobre cómo los medios de comunicación participan de los beneficios económicos que reporta la prostitución a través de la aceptación de publicidad que la fomenta o sobre el carácter machista que tienen la mayoría de las religiones en las que las mujeres tienen un papel inferior y subordinado al de los hombres.

Con estas jornadas, el Grupo de Trabajo de Feminismo del Partido Comunista de Salamanca y la Juventud Comunista han intentado trasladar la idea de que la violencia física que sufren las mujeres, es la consecuencia última de las violencias diarias que se padecen en el ámbito laboral, económico, educativo, informativo, cultural,… y por ello precisamente combatir la violencia física pasa por combatir estas "violencias de baja intensidad" contra las mujeres.

Grupo de Trabajo de Feminismo
Partido Comunista de Salamanca PCE
















1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena al Grupo de Trabajo de Feminismo por estas excelentes jornadas. Queda mucho camino, pero debemos seguir trabajando para lograr la reconstrucción de un feminismo popular y de base, para extraer este movimiento de las fauces del institucionalismo, que lo tienen amordazado.