Del 2006 al año pasado, el número de sanciones impuestas a las empresas por la Inspección de Trabajo en la provincia de Salamanca se ha reducido en un 9.43%, lo cual ha hecho sacar conclusiones interesadas a la patronal salmantina, en el sentido de afirmar que las empresas de nuestra provincia cada vez más, cumplen con la normativa laboral.
Para el Partido Comunista de Salamanca (PCE) ese tipo de valoraciones, no solo ponen en duda la propia actuación de la propia Inspección de Trabajo, sino la propia decencia de la patronal salmantina
Esta patronal se ha caracterizado históricamente por ser un colectivo que ha priorizado siempre su propio beneficio y su corporativismo ante las necesidades de desarrollo de una provincia como la salmantina, atrasada y empobrecida. Su beneficio particular ha estado siempre por encima del cumplimiento de las normas laborales y de los derechos los trabajadores. Muestra de ello es que la Confederación de Empresarios Salmantinos nunca ha expulsado de su seno a ningún empresario por vulnerar los derechos de los trabajadores, incluyendo al empresario de la construcción que hace dos años agredió a un dirigente de Comisiones Obreras y por lo que fue condenado a seis meses de cárcel. Quizás en este caso influyó que el agresor fuese familiar de dirigentes regionales del Partido Popular.
Para el Partido Comunista de Salamanca (PCE), que ahora los empresarios de Salamanca afirmen que las empresas salmantinas "cada vez más, cumplen con la normativa laboral" no nos merece ninguna credibilidad, más cuando la realidad que los trabajadores de Salamanca tenemos que padecer día a día es muy diferente.
Múltiples son los sectores en Salamanca donde es evidente que los derechos de los trabajadores se pisotean día a día, pero nos parece importante destacar en estos momentos el sector agroalimentario de la zona de Guijuelo, Béjar y La Alberca.
Éste es un sector, en amplia expansión en los últimos años, dominado por empresas familiares sin capacidad ni deseo de modernizarse y acondicionar las condiciones de trabajo a los derechos laborales vigentes, donde en muchos casos el Convenio Colectivo y el Estatuto de los Trabajadores no son más que papel mojado que pierde su eficacia a la puerta de los "tajos".
En estas empresas es habitual realizar al año entre 300 y 500 horas extras, donde se trabaja a unos rítmos de destajo que ponen en peligro la salud laboral de los trabajadores, donde a los delegados y delegadas de personal se les acosa hasta que aceptan un despido indemnizado, donde los trabajadores tienen que aceptar que parte de sus retribuciones, en algunos casos llegando al 50%, se cobren fuera de nómina, donde las medidas de seguridad laboral son prácticamente inexistentes y donde los encargados actúan como auténticos capataces de los campos esclavistas de algodón.
Con esta situación, desde el Partido Comunista de Salamanca, que la Inspección de Trabajo solo haya impuesto sanciones a 48 empresas salmantinas durante 2007, nos hace sacar como conclusión que la Inspección de Trabajo de Salamanca está cerrando los ojos ante una realidad que todos conocemos y que es de permanente vulneración de derechos de los trabajadores y que está optando por advertir a las empresas infractoras antes que por sancionar.
Consideramos que esta política de la Inspección, no solo vulnera la normativa laboral, sino que fomenta que las empresas vulneren los derechos de los trabajadores, ya que les sale gratis. Los empresarios salmantinos no tienen nada que perder y pueden estar bien seguros de que los trabajadores de sus empresas no tienen derechos, máxime cuando en opinión del Jefe de la Inspección de Trabajo de Salamanca "esta Inspección opta por la política de corregir a las empresas antes que ser un ente meramente recaudatorio".
Para el Partido Comunista de Salamanca, una Inspección de Trabajo condescendiente, sumado a unos empresarios sin escrúpulos, no tiene otra consecuencia que trabajadores y trabajadoras sin derechos.
Grupo de Trabajo de Empleo
Partido Comunista de Salamanca (PCE)
Para el Partido Comunista de Salamanca (PCE) ese tipo de valoraciones, no solo ponen en duda la propia actuación de la propia Inspección de Trabajo, sino la propia decencia de la patronal salmantina
Esta patronal se ha caracterizado históricamente por ser un colectivo que ha priorizado siempre su propio beneficio y su corporativismo ante las necesidades de desarrollo de una provincia como la salmantina, atrasada y empobrecida. Su beneficio particular ha estado siempre por encima del cumplimiento de las normas laborales y de los derechos los trabajadores. Muestra de ello es que la Confederación de Empresarios Salmantinos nunca ha expulsado de su seno a ningún empresario por vulnerar los derechos de los trabajadores, incluyendo al empresario de la construcción que hace dos años agredió a un dirigente de Comisiones Obreras y por lo que fue condenado a seis meses de cárcel. Quizás en este caso influyó que el agresor fuese familiar de dirigentes regionales del Partido Popular.
Para el Partido Comunista de Salamanca (PCE), que ahora los empresarios de Salamanca afirmen que las empresas salmantinas "cada vez más, cumplen con la normativa laboral" no nos merece ninguna credibilidad, más cuando la realidad que los trabajadores de Salamanca tenemos que padecer día a día es muy diferente.
Múltiples son los sectores en Salamanca donde es evidente que los derechos de los trabajadores se pisotean día a día, pero nos parece importante destacar en estos momentos el sector agroalimentario de la zona de Guijuelo, Béjar y La Alberca.
Éste es un sector, en amplia expansión en los últimos años, dominado por empresas familiares sin capacidad ni deseo de modernizarse y acondicionar las condiciones de trabajo a los derechos laborales vigentes, donde en muchos casos el Convenio Colectivo y el Estatuto de los Trabajadores no son más que papel mojado que pierde su eficacia a la puerta de los "tajos".
En estas empresas es habitual realizar al año entre 300 y 500 horas extras, donde se trabaja a unos rítmos de destajo que ponen en peligro la salud laboral de los trabajadores, donde a los delegados y delegadas de personal se les acosa hasta que aceptan un despido indemnizado, donde los trabajadores tienen que aceptar que parte de sus retribuciones, en algunos casos llegando al 50%, se cobren fuera de nómina, donde las medidas de seguridad laboral son prácticamente inexistentes y donde los encargados actúan como auténticos capataces de los campos esclavistas de algodón.
Con esta situación, desde el Partido Comunista de Salamanca, que la Inspección de Trabajo solo haya impuesto sanciones a 48 empresas salmantinas durante 2007, nos hace sacar como conclusión que la Inspección de Trabajo de Salamanca está cerrando los ojos ante una realidad que todos conocemos y que es de permanente vulneración de derechos de los trabajadores y que está optando por advertir a las empresas infractoras antes que por sancionar.
Consideramos que esta política de la Inspección, no solo vulnera la normativa laboral, sino que fomenta que las empresas vulneren los derechos de los trabajadores, ya que les sale gratis. Los empresarios salmantinos no tienen nada que perder y pueden estar bien seguros de que los trabajadores de sus empresas no tienen derechos, máxime cuando en opinión del Jefe de la Inspección de Trabajo de Salamanca "esta Inspección opta por la política de corregir a las empresas antes que ser un ente meramente recaudatorio".
Para el Partido Comunista de Salamanca, una Inspección de Trabajo condescendiente, sumado a unos empresarios sin escrúpulos, no tiene otra consecuencia que trabajadores y trabajadoras sin derechos.
Grupo de Trabajo de Empleo
Partido Comunista de Salamanca (PCE)
3 comentarios:
Así me gusta, que alguien diga la verdad.
La culpa de los accidentes laborales y de la falta de derechos de los trabajadores son, por supuesto los empresarios, pero también el propio estado que consiente esta situación y la ampara.
Un currela explotado.
A los de la inspección de trabajo habría que mandarles quince días a trabajar a un andamio para que se enteren de lo que pasa a los que no curamos en la administración.
Que los empresarios son unos explotadores está claro, les va en la profesión, lo que es intolerable es que desde el ministerio de trabajo se les permita vulnerar las leyes y que los llamados sindicatos de clase "UGT y CC.OO." no hagan nada por defender los derechos de los trabajadores.
Publicar un comentario