Nos encontramos una año
más para conmemorar el 83 aniversario de la proclamación de la II
República, pero no queremos este no es un acto de nostalgia, sino
que sea un acto de memoria y de reivindicación de la tercera.
La II República trajo
consigo, gracias a la lucha de la clase trabajadora, la consecución
de unos derechos que hoy poco a poco nos están arrebatando. Mientras
que durante el período repúblicano se otorgaba el legítimo derecho
de las mujeres a ejercer el voto, hoy se les quita la libertad de
decidir sobre sus cuerpos; mientras que la clase obrera conseguía
más derechos laborales, hoy los van haciendo desaparecer al ritmo
que marca la troika; mientras que se impulsaba una reforma agraria
para una mayor distribución del trabajo, hoy se encarcela y se
enjuicia a los jornaleros del SAT por ocupar fincas para trabajar sus
tierras.
Vivimos hoy por hoy en
un estado de excepción, sumidos en una estafa que ellos llaman
crisis utilizada para pisotear y robar más a las clases
trabajadoras, para recortar derechos conseguidos con la lucha de
muchos luchadores republicanos y atifranquistas durante la dictadura
fascista. Unos luchadores como fueron nuestros camaradas Poli,
Santiago Polo y Anibal y otros que aún siguen con nosotros, que nos
demuestran que la lucha y la dignidad es la única forma de no ser
vilipendiados. Estos hombres y mujeres nunca recibirán homenajes, no
serán reconocidos, no tendrán grandes calles, plazas o aeropuertos
con sus nombres, pero sí tienen y tendrán el recuerdo siempre
presente en cada uno de nosotros mientras sigamos en la lucha.
La Santa Transición no
hizo más que consolidar los cimientos de una sociedad en la que los
vencidos siguieran siendo los de abajo, provocando un cambio en la
mentalidad de parte de la ciudadanía, hasta el punto de que se vea
normal el homenaje a fascistas como Fraga o como Suárez. Fraga
asesinó en Vitoria, rapó el pelo a las mujeres que apoyaban la
huega de sus compañeros, Suárez fue secretario general del
Movimiento, y nunca ninguno de los dos condenaron la dictadura y al
acabar esta se disfrazaron de falsos demócratas participando de la
vida democrática como si cuarenta años de represión, asesinatos,
torturas, nunca hubiesen existido.
En estos últimos días
hemos sido conscientes de que los partidos del régimen se tienden la
mano unos a otros para seguir manteniendo al sistema capitalista.
Desde el ofecimiento del nuestro querido ZP para hacer un pacto a la
alemana, hasta el tendimiento de mano del PP al PSOE para gobernar en
Andalucía. Las trabajadoras y trabajadores sabemos que ellos no nos
representan, que su interés no es el bienestar de nosotras y
nosotros, que son los mismos que los de la dictadura.
Compañeras,
compañeros, por estos motivos la lucha por la República no tiene
que tener como único fin quitar al rey, la lucha debe ser por la
consecución de una sociedad que aspire a la igualdad de todas y
todos, que acabe con el sistema de explotación del hombre por el
hombre, en la que la clase trabajadora sea el motor que impulse y
dirija una sociedad verdaderamente democrática.
Este proceso será
largo, y tenemos que ser conscientes de que debemos ser nosotras y
nosotros los que debemos construirlo y no aquello que dijera Julio
Anguita de que: “Traerá la derecha la República y saldremos
nosotros con la banderita”. Esto es algo que debemos tener claro,
la derecha usará el modelo de Estado que más le convenga para sus
intereses y nosotros debemos luchar por los nuestros, no es más que
el motor de la historia, no es más que la lucha de clases.
Para finalizar,
compañeras y compañeros, usaré un verso de Rafael Alberti que
resume todo lo que aquí hemos hablado: “A galopar, a galopar hasta
enterrarlos en el mar”
VIVA EL 14 DE ABRIL
VIVA LA REPÚBLICA
No hay comentarios:
Publicar un comentario