El 28 de Mayo,
un grupo de 50 personas se concentraron en el céntrico Parque Gezi
en Taksim-Estambul, con el objetivo de impedir la construcción de un
centro comercial en los terrenos del mismo parque, en el corazón de
Estambul.
Las personas allí concentradas se encontraron con una
carga policial de alta intensidad y brutalidad, que originó que al
día siguiente fueran cientos las personas que allí se concentraban.
La policía respondió, de nuevo, con más brutalidad.
En la pretendida
construcción se hallaban todos los ingredientes de la arrogancia
neoliberal: un proyecto faraónico para el beneficio de unas grandes
empresas en un espacio social cargado de historia, opacidad y
negación de las aspiraciones de los ciudadanos. Esta plaza es
considerada un símbolo del movimiento obrero turco y cada año, el 1
de Mayo, tienen lugar en ella enfrentamientos entre la policía y los
manifestantes.
El 29 de Mayo,
el Primer Ministro Turco, líder natural del AKP (Partido de Justicia
y Progreso) Recep Tayyip Erdogan dijo a la prensa, “Que hagan lo
que hagan, nosotros llegamos a una decisión y la vamos a ejecutar.”.
Erdogan volvió
a insistir en que no daría marcha atrás a los planes urbanísticos
en el centro de Estambul, y acusó a la oposición de ser responsable
de las protestas contra su gobierno. "No podemos quedarnos
mirando cuando algunos agresores provocan al pueblo", ha dicho
este dictador.
Para los que
conocen las políticas de AKP en sus últimos 10 años de mandato en
Turquía, no es ninguna sorpresa que se burle de la voluntad popular
y que cualquier voz que salga en contra del gobierno de AKP esté
ignorada por la prensa, reprimida por la fuerza policial e insultada
por los sectores cercanos al AKP.
Las políticas
de Erdogan se han traducido en muertos por bombas de gas lacrimógeno,
mas de 100 abogados presos (todos ellos abogados que defienden a
presos políticos) mas de 500 periodistas presos, en total alrededor
de 10.000 presos políticos (entre ellos músicos, artistas,
trabajadores, estudiantes) la muerte de 34 Kurdos civiles
bombardeados por aviones militares, la tensión con Siria gracias a
que el gobierno financia y apoya a los llamados “rebeldes
islamistas” e incontables casos de opresión, propios del fascismo
y dictadura. Unas 1.700 personas habrían sido detenidas en 67
ciudades y unas 1.500 personas habrían precisado asistencia
hospitalaria.
El Partido
Comunista de Turquía (al igual que otros partidos de izquierda,
sindicatos y movimientos sociales), sigue siendo objeto de una
incesante persecución y acoso. Ayer fueron asaltadas las sedes del
TKP en Estambul y Ankara, disparando pelotas de goma en el interior
de la sede. El Centro Cultural Nazim Hikmet, en el jardín del
edificio, era utilizado como hospital para los heridos por los
ataques de la policía de Ankara, y la policía atacó a los heridos
y los médicos voluntarios en este edificio, usando gases
lacrimógenos, así como también fue asaltada la sede del periódico
“El Sol” órgano oficial del TKP.
Las emisoras
turcas apenas informan sobre las protestas, lo que ha enfurecido a
muchos manifestantes que les acusan de ser cómplices de una censura
impuesta por el Gobierno.
Frente a esta
terrible represión, se han ido sumando miles de ciudadanos turcos,
dando forma a una revuelta popular masiva, que se manifiesta contra
el gobierno para pedir su dimisión, a la cual el gobierno de Erdogan
ha respondido con más represión, violencia indiscriminada y muerte.
Los principales
sindicatos del país, Türk-Is, Hak-Is y DISK, se han unido y han
decidido convocar una Huelga General de 72 horas que dará su
comienzo hoy martes, 4 de Junio.
Para el Grupo de Solidaridad Internacional y Globalización del PCE- Salamanca, esta situación es intolerable, el pueblo Turco tiene que tener garantías para poder pronunciarse y protestar ante el gobierno libremente, lo que está ocurriendo estos días es propio no sólo de una dictadura, sino de un gobierno genocida.
Para el Grupo de Solidaridad Internacional y Globalización del PCE- Salamanca, esta situación es intolerable, el pueblo Turco tiene que tener garantías para poder pronunciarse y protestar ante el gobierno libremente, lo que está ocurriendo estos días es propio no sólo de una dictadura, sino de un gobierno genocida.
Condenamos por
tanto firmemente esta represión, exigimos la dimisión del
presidente Erdogan como responsable directo de estos sucesos, y
pedimos a las autoridades de los países europeos que ejerzan presión
sobre sus homólogos turcos para acabar con la violencia y para que
los manifestantes detenidos sean liberados.
Por todos los
rincones de Turquía se manifiestan aspiraciones de democracia y
libertad: libertad de prensa, derechos sindicales, derechos del
pueblo turco, derechos de la mujer y derechos de manifestación.
Erdogan tiene que escucharlos.
Comunicado de condena de la Secretaria de Política internacional del PCE:
http://www.pce.es/secretarias/secinternacional/pl.php?id=5314
Comunicado de condena de la Secretaria de Política internacional del PCE:
http://www.pce.es/secretarias/secinternacional/pl.php?id=5314
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