Virgina Carrera, Secretaria regional de Mujer del PCE-PCCyL, realizó ayer un análisis pormenorizado de los efectos sobre las mujeres trabajadoras de las reformas laboral y del sistema público de pensiones. “En líneas generales, los cambios normativos promovidos por el Ejecutivo del PSOE suponen un retroceso en los derechos de las personas asalariadas, pero lastran especialmente a las mujeres, que parten de una situación de desventaja”
Según datos de la Encuesta de Población Activa, en Salamanca, la tasa de paro femenino alcanza al 16´46% de las mujeres, frente al 15% de los hombres. Por el contrario, la tasa de actividad femenina es del46´06%, mientras que la masculina llega hasta el 58´15%.
Ante estos datos, la reforma laboral prometía tres aspectos fundamentales: La creación de empleo, la reducción de la temporalidad y la flexibilización de las relaciones laborales. Sin embargo, las medidas aprobadas van en la línea de contratos formativos, que fomentan la precariedad laboral y la temporalidad, el abaratamiento del despido y la flexibilidad a favor de los intereses empresariales, con el descuelgue salarial y la reducción de la negociación colectiva a su mínima expresión.
La reforma laboral, además, viene acompañada de un recorte en el gasto social que se traduce en menos guarderías, menos ayudas para el cuidado de familiares dependientes y, por consiguiente, una reducción en las medidas que favorecen la conciliación de la vida familiar y laboral. “En ese contexto, las mujeres, una vez más, se ven obligadas a salir del mercado laboral para asumir el trabajo invisible, el que no está valorado en términos mercantilistas”.
Otro de los aspectos que introduce el decretazo de empleo es la consideración de despido objetivo por acumulación de ausencias, aunque éstas sean justificadas. “De esta forma, las mujeres, que son las que suelen acompañar a los familiares al médico, por ejemplo, se convierten en carne de despido”
Las continuas entradas y salidas del mundo laboral que padecen las mujeres y que, según Virginia Carrera, aumentarán con la reforma laboral, “reducen considerablemente las cotizaciones de las mujeres, con lo que imposibilitan el cobro de una pensión contributiva, especialmente con los porcentajes establecidos tras la reforma del sistema de pensiones”.
Según datos de la Encuesta de Población Activa, en Salamanca, la tasa de paro femenino alcanza al 16´46% de las mujeres, frente al 15% de los hombres. Por el contrario, la tasa de actividad femenina es del46´06%, mientras que la masculina llega hasta el 58´15%.
Ante estos datos, la reforma laboral prometía tres aspectos fundamentales: La creación de empleo, la reducción de la temporalidad y la flexibilización de las relaciones laborales. Sin embargo, las medidas aprobadas van en la línea de contratos formativos, que fomentan la precariedad laboral y la temporalidad, el abaratamiento del despido y la flexibilidad a favor de los intereses empresariales, con el descuelgue salarial y la reducción de la negociación colectiva a su mínima expresión.
La reforma laboral, además, viene acompañada de un recorte en el gasto social que se traduce en menos guarderías, menos ayudas para el cuidado de familiares dependientes y, por consiguiente, una reducción en las medidas que favorecen la conciliación de la vida familiar y laboral. “En ese contexto, las mujeres, una vez más, se ven obligadas a salir del mercado laboral para asumir el trabajo invisible, el que no está valorado en términos mercantilistas”.
Otro de los aspectos que introduce el decretazo de empleo es la consideración de despido objetivo por acumulación de ausencias, aunque éstas sean justificadas. “De esta forma, las mujeres, que son las que suelen acompañar a los familiares al médico, por ejemplo, se convierten en carne de despido”
Las continuas entradas y salidas del mundo laboral que padecen las mujeres y que, según Virginia Carrera, aumentarán con la reforma laboral, “reducen considerablemente las cotizaciones de las mujeres, con lo que imposibilitan el cobro de una pensión contributiva, especialmente con los porcentajes establecidos tras la reforma del sistema de pensiones”.
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